Estocolmo en 1 día y medio

1 día y medio en Estocolmo


DÍAS 1 y 2
Llegamos a Estocolmo desde Madrid. Es nuestra primera etapa del circuito Estocolmo - Oslo- Reino de los Fiordos III que hacemos con CONDOR vacaciones en julio de 2008. Tenemos una tarde y un día completo para recorrer la ciudad. El hotel Rica Kungsgata está al lado de la calle más comercial, la Drottninggatan, siempre llena de gente y bullicio.


La recorremos hasta el final, a las puertas de Gamla Stan, la Ciudad Vieja.


A la derecha, desde el puente, vemos el Ayuntamiento (Stadhuset), símbolo de la ciudad, que visitaremos mañana. No cruzamos aún a Gamla Stan y tomamos Stromgatan a la izquierda, en dirección a la Ópera.


Estatua ecuestre de Gustavo II Adolfo, frente al edificio de la Ópera


Edificio de la Ópera, construido en 1898, con un auditorio magníficamente ornamentado para reemplazar a un edificio anterior.


Desde ahí estamos a un paso del muelle de donde salen los barquitos turísticos. Tomamos uno en Stromkajen, junto al Grand Hôtel. Este hotel es el más lujoso de Suecia. Fue fundado en 1874 por el jefe de cocina de Óscar II, Régis Cadier. Desde 1901 aloja cada año a los ganadores del Premio Nobel y en el salón conocido como Sala de los espejos (Spegelsalen)se celebraba el banquete de los Premios Nobel hasta 1929, cuando el acto fue trasladado al Ayuntamiento.


Hay varias opciones de recorrido. Elegimos el Royal Canal Tour, que por 140 SEK nos da un paseo de 50 minutos, empezando a lo largo del canal Djurgårdsbrunn. Cuando el canal desemboca en el lago retornamos hacia el centro de la ciudad. Durante el verano este circuito sale cada hora desde las 10:30 hasta las 19:30.
En el paseo vemos bonitos barcos.


Curiosos anclajes para botes. RECTIFICO: en el foro de losviajeros me aclaran que en realidad esto sirve para romper el hielo que en invierno se forma en todo el canal.


El exterior del museo Vasa (Vasamuseet), cuyo interior tenemos pensado visitar al día siguiente.


Muy cerquita del Vasa, divisamos el Nordiska Museet.


Y gente en terrazas por todas partes. Aunque esperábamos encontrar fresquito, esos días de julio en Estocolmo hace un calor abrasador.


Pasamos bajo el Puente Djurgårdsbron, que es el que llega a la isla de Djurgården. El actual fue construido en 1896 para conmemorar la Exposición de Estocolmo, celebrada al año siguiente. Más tarde lo cruzaremos en autobús para ir a Skansen.


En el canal hay mucho tráfico, tanto de barquitos parecidos al nuestro como de otros distintos. También de piraguas.


En algunas zonas podemos ver los edificios de Skansen, que visitaremos más tarde.


Y vemos preciosas casas junto al agua.



Sobre los árboles, destaca a lo lejos la alta torre de la Televisión.


Hasta un molino holandés vemos.


Más barcos.


Divertidas gruas disfrazadas de jirafas.


El parque de atracciones.


Enormes transatlánticos de crucero.


Y, regresando al muelle, el majestuoso Palacio Real.


Después del relajante paseo en barco vamos a visitar Skansen. Para llegar hasta allí nos dirigimos hacia la plaza Norrmalmstorg, por donde pasa el autobús 47. Compramos un bono de 16 cupones, válido para 8 viajes, en uno de los quioscos Pressbyrån en la misma plaza. De allí sale también el tranvía azul, que llega a Skansen, pero no lo cogemos porque ahí no valen los cupones que acabamos de comprar.

Skansen es el primer museo al aire libre del mundo, de 1891, muestra la Suecia del pasado con granjas y mansiones solariegas. Se muestran también la flora y la fauna.

Es última hora de la tarde y todo está muy tranquilo. Escuchamos música y, siguiendo los acordes, llegamos hasta una zona donde algunos bailarines vestidos con trajes típicos bailan danzas populares.


Los espectadores pueden descansar en bancos preparados para ello mientras observan las danzas, pero el sol aún calienta con ganas y no nos detenemos aquí mucho tiempo.


Callejeamos sin rumbo definido por los caminos dejando a los lados curiosas construcciones, la mayoría de madera.


Este poste ornamentado no sé bien qué función tiene, pero me gustó y aquí lo dejo. Tal vez alguna vez lo descubra.

NOTA - Gracias a Sonia1970 de la web de losviajeros, que me ha facilitado esta información: "Es un poste que los suecos ornamentan para celebrar Midsommar la noche de San Juan. Realmente no tiene ninguna utilidad, salvo la de adornar, pero los suecos lo ponen en cada jardin de cada casa o en los jardines en las ciudades. Para ese dia se le ponen colgando del poste horizontal unas cintas de colores que le dan un aspecto bien vistoso."

Muchas gracias, Sonia.


Una caseta de guiñol, donde probablemente se ofrecerán espectáculos infantiles en ocasiones.


Y unos caballitos rojos, símbolos de Suecia.


Antiguos carromatos


Íbamos buscando los animales, pero encontramos muy pocos. Creo que hay una hora a la que les dan de comer y será mucho más fácil verlos, pero cuando fuimos nosotros era tarde y seguramente ya estaban descansando. Un jabalí de muestra.


Y estos otros, que no sé bien qué eran.


La torre Bredablick, mide 30 metros. Fue levantada en 1870 por un médico que quiso hacer un balneario. El lugar se consideraba beneficioso por su altitud y los bosques que lo rodeaban. La torre fue adquirida por Skansen en 1891.


Hito o mojón, data de 1680. Eran levantados a intervalos regulares en todas las carreteras principales de Suecia.


Cementerio de la iglesia de Seglora. Como en todas las iglesias luteranas que veremos en este viaje, situado siempre junto a la iglesia.


Iglesia Seglora. Es una iglesia de madera, con tejado de teja plana y delgada, construida entre 1729 y 1730 en Suecia occidental. En su decorado interior destaca el púlpito, aún más antiguo que la iglesia. Es la iglesia más popular de Suecia para la celebración de bodas.


Campanario de Hällestad, de 40'5 metros de altura. Es el más alto de toda Suecia. Fue donado a Skansen por los parroquianos después de que su iglesia fuera destruida por el fuego.


Cuando nos cansamos de pasear por Skansen nos sentamos en un bar a tomar un refresco. Desde allí tenemos una bonita panorámica.


Globen Arena, diseñado en una espectacular forma esférica.


De vuelta al centro de Estocolmo nos topamos con una curiosa exposición fotográfica en la calle.



Recorremos el camino inverso en dirección a Gamla Stan, pasando de nuevo frente a la Ópera.


Nos llama la atención ver gente pescando en el mismo centro de la ciudad.


Esta vez sí que cruzamos la puerta en forma de arco que forma parte del Parlamento sueco.


Pero antes de atravesarla divisamos de nuevo a la derecha la silueta del Aayutamiento, destacando sobre los cálidos colores del atardecer.


Además de las estrechas calles y la sensación de haber sido transportado a otra época, hay algo más que llama la atención en Västerlånggatan, la calle principal de Gamla Stan, y es el olor a barquillos que sale de las heladerías que lo salpican. En la misma heladería los hacen a la vista de los clientes. Es curioso observar el proceso sin dejar de probar uno de los maravillosos helados que nos ofrecen.


Es tarde y el cansancio del largo día va haciendo mella en nosotros. Decidimos volver caminando al hotel, que está muy cerca, no sin antes observar una nueva imágen del Ayuntamiento, rodeado del reflejo de las luces en el agua.


Obelisco de cristal, en la plaza Sergels Torg (La plaza de Sergels)


El día siguiente amanece tan despejado y caluroso como el anterior. A primera hora es muy agradable pasear por la Drottninggatan (La calle de la reina) completamente vacía.


Encuentro esta original fuente que llama mi atención. En Oslo veremos una parecida,
no sé si del mismo autor.


Después iniciamos la visita panorámica del circuito, en autobús. La primera parada la hacemos junto al lago Mälaren, desde donde dicen que se ve la mejor perspectiva del Ayuntamiento.


En la subida a la parte sur de la ciudad pasamos junto a "La mano" (así, tal cual), el monumento a los voluntarios suecos caídos en defensa de la República durante la guerra civil española, en Slussen


Desde el mirador en lo alto vemos una bonita vista de la ciudad. El parque de atracciones, que ya habíamos visto desde el barco.


Gamla Stan.


En el centro de la siguiente foto podemos ver el Katarina Hissen (El ascensor Katarina). Es un elevador que sube hasta cerca de 30 metros de altura, desde donde los visitantes pueden disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.


Otra vista del mismo elevador, desde abajo.


Obelisco en Slottsbacken, junto al palacio real y la Catedral (Storkyrkan). Fue erigido en 1799 como agradecimiento a los ciudadanos por el apoyo prestado a Gustavo III en la guerra contra Rusia.


Palacio Real.


Guardia Real frente al Palacio Real. Hacen cambio de guardia diario, y es una atracción turística muy popular, pero no nos quedamos a verlo.


Nos escapamos pronto de la panorámica con el grupo para llegar a tiempo a la visita guiada en español en el Ayuntamiento, que es a las 11:00 y a las 14:00. Nuestra meta es visitar el interior del edificio y, después, subir a la torre.


Lo primero que visitamos es la Sala Azul, donde se da el banquete a los premios Nobel. Este nombre lo recibe porque en principio iba a estar pintada en ese color, si bien más tarde el arquitecto decidió dejarla con el color natural del ladrillo, pero el nombre inicial fue conservado.


Arriba, pegadito al techo, hay un órgano.


Bajo la puerta de mármol, sobre los arcos, entran los premiados según se les va nombrando en la ceremonia.


En este edificio hay algunos toques inspirados en diversas partes del mundo. Por ejemplo, este balconcito, copiado del de Romeo y Julieta, en Verona.


Los premiados bajan la escalera hasta la Sala. Es llamada también la escalera de Elsa. Elsa era la mujer del arquitecto que diseñó el edificio. Se cuenta que ella eligió el diseño de la misma por su comodidad para ser bajada con falda larga y tacones.


El salón de plenos del Ayuntamiento.


El sillón del Presidente (que no alcalde).


El techo de este Salón de Plenos simboliza el techo de las casas vikingas tradicionales. La parte pintada en azul sería el cielo, ya que estas casas no tenían chimeneas y el humo salía al exterior por claraboyas practicadas en el techo.


En otra zona del edificio se simbolizan los concejales en forma de cien arcos. El guía nos contó que la composición pretendía rememorar la Alhambra de Granada, pero la opinión general del grupo fue que no lo había conseguido.


Un carillón que se ve también desde el exterior.


La sala de recepciones y comidas oficiales es una estancia alargada


llamada también la Galería del Príncipe


En uno de los lados tiene impresionantes vistas al lago Mälaren.


Hacia el otro, un fresco de las mismas vistas pintado por el prícipe Eugenio quien ganó este derecho en un concurso público en el que compitió sin desvelar su identidad.



Seguidamente pasamos al Salón Dorado, decorado con 18 millones de piezas de vidrio y oro


En este magnífico salón tiene lugar el baile de gala tras el banquete de entrega de los premios. La pared principal está decorada con la imagen de la Reina del lago Mälaren.


Nos cuenta el guía que esta representación fue muy criticada por su fealdad.


Este salón está comunicado con la Sala Azul.


Detalle más cercano del arco-puerta por la que pasan los premiados antes de bajar por la escalera de Elsa.


Se expone también el magnífico servicio utilizado en la última entrega de premios y, que según nos indica el guía, se cambia cada año.


Finalizada la visita al interior del edificio, salimos a un patio de ladrillo,


comunicado con la terraza que da al lago por unos arcos.


Bajo los arcos está la entrada a la torre. Hacemos cola y no tenemos que esperar mucho tiempo para subir. Se eleva 106 metros y el conjunto de sus 2,5 millones de ladrillos llega a un peso de 24.000 toneladas. Se puede subir caminando los 365 escalones hasta la cúspide, pero el primer tramo también se puede hacer en ascensor.

Pronto llegamos al Museo de la Torre, donde hay modelos de los bustos y estatuas que se encuentran dentro del Ayuntamiento.



El componente más llamativo es la enorme estatua de San Erik, que el arquitecto Ragnar Östberg pretendía llevar hasta la cúspide, si bien finalmente cambió de planes y convirtió la cima en el fantástico mirador que tenemos hoy en día.


En la subida, podemos contemplar maravillosas vistas de la ciudad y del lago.



Por fin llegamos bajo las nueve campanas, de las cuales la más grande pesa 3000 kilos. Esta campana fue un regalo de los Países Bajos y lleva el nombre de San Erik.


Para los que quieren disfrutar de la vista, alrededor del balcón superior hay placas de cobre con grabados que enseñan los lugares y monumentos de interés turístico.


Los puntos cardinales están señalados con enormes estrellas doradas.


Al descender, volvemos a pasar por el Desván de la Torre.


Para finalizar la visita y descansar de la subida y bajada a la torre, nos relajamos un buen rato en la terraza junto al lago.



Dos estatuas flanquean el embarcadero. A la izquierda.


A la derecha.


Vista del edificio del Ayuntamiento desde la terraza que da al lago.


Después de esta visita decidimos descansar un rato en el hotel. Llegamos paseando junto al canal.


Es un espectáculo sentarse en un banco y observar el tráfico en el agua, numeroso y variado.





Casi a la puerta del hotel me fijo en esta curiosa figura en la confluencia de Kungsgatan con Drottningatan, aunque desconozco su significado.


A esta hora la Drottningatan vuelve a estar repleta de gente y de bullicio.


A un paso del hotel, en la plaza de Hötorget, a diario montan un mercado de frutas, verduras y artículos varios.


La sala de conciertos (Konserthuset), en la misma plaza del mercado, representa una versión nórdica de un templo griego. Junto a él, el grupo escultórico Orfeo.


No podemos resistir la tentación de probar las fresas escandinavas, en plena temporada ahora. Exquisitas.


Más tarde, después de descansar un rato en el hotel, repetimos el recorrido del primer día para coger el autobús 47 que nos dejará muy cerca del museo Vasa.

Junto a él, el Nordiska Museet, fundado por Artur Hazelius, el creador de Skansen. Muestra la historia cultural sueca desde 1520 hasta nuestros días. Preferimos visitar el Vasa y éste lo dejamos para otra ocasión.


Ya en el museo Vasa, nada más entrar, impresiona la vista completa del galeón. Es el buque de guerra Vasa, que se hundió en el puerto de Estocolmo en 1628 y fue rescatado 333 años después. Tras una extensa restauración se conserva intacto en un 95%.


Junto a él, esta maqueta a escala 1:10 nos muestra cómo fue.


Otra maqueta muestra como se escoró con una fuerte ráfaga de viento y el agua comenzó a entrar por las portillas de los cañones. Se piensa que llevaba demasiados cañones y, por tanto, demasiado peso. Y fue lo que provocó el hundimiento.


Un corte nos muestra las distintas secciones de los pisos dentro del barco.


Portilla para cañones. En su parte interior llevaban incrustada una cabeza de un fiero león que, al abrirse, pretendía intimidar al enemigo.


La cubierta superior.


El mascarón de proa es un león esculpido en madera de tilo. Mide 4 metros y pesa 450 kilos. Es debido a que el apodo del rey que encargó la construcción del barco, Gustavo II Adolfo, era León del Norte. Sostiene el escudo de la dinastía de los Vasa con la gavilla ("Vase"), que ha dado nombre al buque.


Aquí una pequeña zona coloreada para mostrar cómo sería con su decoración original.


La popa. Impresiona su enorme altura sobre el resto del barco y la que tendría sobre el mar. Era la zona mas lujosa del barco, reservada para oficiales. Aunque había sufrido serios daños, ha sido restaurada y revela la ornamentación del buque.


De regreso al hotel, la calle está de lo más animada, también con espectáculos callejeros.


Y mucha gente junto a la estación central.


No podemos despedirnos de Estocolmo sin visitar el Bar de Hielo (Ice bar) para el que ya había comprado las entradas con antelación. Estos son los vasos.


El bar es pequeñito y curioso para verlo una vez. Te ponen guantes y una especie de capa térmica, ya que la temperatura en el local es de 5 grados bajo cero.


Despedimos el día, y también Estocolmo, cenando en un bar de tapas en Stora Nygatan 46. Se llama Café Tabac. La carta está en español y todo lo que tomamos estaba rico. Muy recomendable.

Siguiente etapa: Karlstad - Oslo

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