LLEGADA A ESTAMBUL Y TRASLADO AL HOTEL
Llegamos al aeropuerto internacional Ataturk por la tarde, sobre las 17:30 hora local. Antes de pasar el control de pasaportes debemos pagar el visado. Son 15 € por persona. Con el visado pagado y pasado el control policial, lo primero que hacemos es cambiar algo de dinero en la primera ventanilla de cambio que encontramos para los gastos inmediatos, que van a ser las fichas (jetones) para el tren y el tranvía.
Seguimos las indicaciones hacia el "Metro". Está bien indicado y lo encontramos sin problemas. En la entrada están las máquinas de jetones, a 1,75 liras turcas (TL) cada uno. Compramos varios, ya que pensamos utilizar el tranvía los próximos días. Con el metro llegamos hasta la estación de Zeytinburnu, donde debemos hacer el transbordo al tranvía y pagar otro jeton. Cogemos la línea T1 dirección Kabatas y nos bajamos en Cemberlitas, la parada más próxima a nuestro hotel, el Hotel Mina, en Sultanahmet.
HOTEL MINA 4*
El Hotel Mina está situado en el barrio de Sultanahmet, muy cerca de los principales monumentos, a escasos minutos andando del Hipódromo, la Mezquita Azul, Santa Sofía y la Cisterna de Yerebatan, un buen lugar para fijar nuestra base estos 4 días que vamos a pasar en Estambul. Además tiene la ventaja de estar también muy cerca de la parada de tranvía Cemberlitas, a unos 200 metros. El tranvía va a ser el medio de transporte que más vamos a utilizar para nuestros desplazamientos.
Los “pros”:
Hacemos el registro en Recepción. Nos asignan la habitación 509, con vistas al Mar de Mármara, aunque ahora ya es de noche y a lo lejos no se ve más que oscuridad. Dejamos el equipaje y, antes de salir a la calle, subimos a la terraza, encima del restaurante. Debe de ser muy agradable estar aquí en verano pero ahora hace frío y viento. Impresiona la magnífica Mezquita Azul iluminada, resaltando del fondo oscuro como una aparición.
Sus seis minaretes parecen misiles recién disparados. En la época de su construcción, los fanáticos religiosos consideraron una ofensa y una afrenta este número de minaretes, ya que eran los mismos que tenía la de La Meca. El Sultán Ahmet zanjó la polémica pagando de su bolsillo el séptimo minarete de la Mezquita de la Meca.
Impacientes por sentir el primer contacto con la ciudad, salimos del hotel y recorremos paseando algunos de los lugares que mañana visitaremos a la luz del día para, después, continuar el paseo por la calle del tranvía, Divanyolu Caddesi.
El Hotel Mina está situado en el barrio de Sultanahmet, muy cerca de los principales monumentos, a escasos minutos andando del Hipódromo, la Mezquita Azul, Santa Sofía y la Cisterna de Yerebatan, un buen lugar para fijar nuestra base estos 4 días que vamos a pasar en Estambul. Además tiene la ventaja de estar también muy cerca de la parada de tranvía Cemberlitas, a unos 200 metros. El tranvía va a ser el medio de transporte que más vamos a utilizar para nuestros desplazamientos.
Los “pros”:
- La ubicación, muy buena
- Cercanía a paradas de tranvía
- Zona muy tranquila
- Tiene cerca restaurantes recomendables, con carta en español
- Buena relación calidad/precio, con desayuno incluido.
- Muy buena temperatura en la habitación. En marzo, hemos pillado unos días muy fríos.
- Hotelito pequeño, acogedor, muy recientemente reformado, todo nuevo
- Limpieza de la habitación y zonas comunes
- Internet va muy mal en las habitaciones, algo mejor en recepción y arriba, en el restaurante
- Aunque suficiente, la habitación es un poco pequeña
- La bañera está algo elevada, la entrada y salida resultan incómodas.
Hacemos el registro en Recepción. Nos asignan la habitación 509, con vistas al Mar de Mármara, aunque ahora ya es de noche y a lo lejos no se ve más que oscuridad. Dejamos el equipaje y, antes de salir a la calle, subimos a la terraza, encima del restaurante. Debe de ser muy agradable estar aquí en verano pero ahora hace frío y viento. Impresiona la magnífica Mezquita Azul iluminada, resaltando del fondo oscuro como una aparición.
Mezquita Azul de noche, Estambul |
Sus seis minaretes parecen misiles recién disparados. En la época de su construcción, los fanáticos religiosos consideraron una ofensa y una afrenta este número de minaretes, ya que eran los mismos que tenía la de La Meca. El Sultán Ahmet zanjó la polémica pagando de su bolsillo el séptimo minarete de la Mezquita de la Meca.
Impacientes por sentir el primer contacto con la ciudad, salimos del hotel y recorremos paseando algunos de los lugares que mañana visitaremos a la luz del día para, después, continuar el paseo por la calle del tranvía, Divanyolu Caddesi.
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