Monreale

Llegamos a Monreale desde Palermo y, terminada la visita, regresamos a la capital para seguir visitando el centro.

Desde la plaza Guglielmo II, la fachada de la Catedral (el Domo) del siglo XII queda enmarcada por dos sólidas torres cuadradas.



Contrasta el aspecto exterior, más tosco y austero, con el riquísimo interior, que tanto me recuerda a la Capilla Palatina que acabamos de contemplar en Palermo. El sol que entra por las ventanas hace resplandecer los mosaicos con fondo de oro que recubren las paredes.



Fue construido en época normanda gracias al soberano Guillermo II, cuyos restos aún se conservan en un sarcófago de pórfido. Y en cuanto lo veo, me viene a la memoria la impresionante tumba de Napoleón, del mismo material, en Los Inválidos de París.



No podemos dejar el Domo sin pasear por el claustro, cuyas 228 columnas esculpidas y con incrustaciones arabescas sostienen los arcos de lava.




En una de las esquinas hay otro pequeño claustro con tres arcadas por lado y con una fuente en el centro cuya agua sale de una columna en forma de palmera.



Tras visitar el Domo, callejeamos por las calles cercanas, con pequeñas tiendas donde poder adquirir algún recuerdo. Más tarde regresamos a Palermo para continuar la visita de la capital de la isla.

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