** Etapa anterior: Schwabisch Hall **
Vamos directos al Hotel Gasthof Zum Breiterle, en Rödergasse 30, dentro de la muralla. El hotel tiene parking justo enfrente, que nos viene de maravilla para dejar el coche hasta la mañana siguiente, que seguiremos nuestra ruta.
Dejamos el equipaje en las habitaciones y nos vamos rápidamente a explorar este pueblo con tanto encanto.
Si hubiéramos llegado antes de las 17:30, nos habríamos acercado hasta el Museo de la Navidad, pero con el retraso acumulado hoy, pasa sin remedio a la lista de visitas pendientes.
Roder Tor, Rothenburg ob der Tauber |
Como tenemos muy cerca la Roder Tor, una de las puertas de la muralla con acceso al camino de ronda, áun perfectamente transitable, iniciamos aquí nuestra visita recorriéndolo.
Camino de ronda en la muralla de Rothenburg ob der Tauber |
Desde lo alto , la primera impresión es la de haber dado un salto en el tiempo. La muralla ha preservado el casco histórico intacto, consevándolo tal y como era hace 600 años, cuando tenía más habitantes que Frankfurt o Munich.
Las luces del día van perdiendo intensidad mientras avanzamos por la pasarela hacia el sur, con dirección al Bastión del Hospital.
Rothenburg ob der Tauber |
Dejamos atrás algunas de las 42 torres con las que cuenta la muralla. Bajamos a la calle en las inmediaciones de la Puerta de Kobolzeller y caminamos hasta el Bastión del Hospital (Spitalbastei), un complejo defensivo que consta de antiguos edificios entre los que se encuentra un hospital y una iglesia. Contaba con siete puertas consecutivas, un foso, y dos patios interiores
Bastión del hospital, Rothenburg ob der Tauber |
De regreso hacia el centro, en dirección a la Marktplatz (Plaza del Mercado), pasamos por el emblemático Plonlein, una encantadora placita entre calles que es símbolo de Rothenburg y que, no sin motivo, es uno de los rincones más fotografiados de Alemania.
Las dos torres y las casas de entramado de madera componen un precioso rincón por el que es una maravilla pasear.
Plönlein, Rothenburg ob der Tauber |
Cada callejuela pide recorrerla, cada rincón pide detenerse en él. Este pueblo es simplemente una maravilla, totalmente recomendable e imprescindible si se visita esta zona.
En los escaparates de las pastelerías vemos un dulce típico, las llamadas "Bolas de nieve", tradicionales desde la edad media y con hasta 20 sabores distintos. Compramos un par de ellas para probarlas y no están mal, pero tampoco nos entusiasman.
"Bolas de Nieve", dulces típicos de Rothenburg ob der Tauberi |
Llegando a la Plaza del Mercado, vemos salir de una casa a un hombre con sombrero y capa negros. Es el sereno de Rothenburg, que guiará a los interesados en el paseo nocturno a partir de las 20:00. Esta visita dura alrededor de una hora y se hace en inglés y en alemán. Nosotros preferimos hacer el recorrido a nuestro aire y, a la vez, buscar un sitio para cenar.
En Marktplatz encontramos un armonioso conjunto arquitectónico, aunque la mayoría de ellos están cubiertos por andamios, lo que le resta parte del encanto.
Aquí encontramos el Ayuntamiento, la Marienapotheke, una farmacia de hace 500 años, que todavía sigue dando servicio., la Fuente de San Jorge, ricamente decorada pero también el obras.
Tampoco está visible la Taberna de los concejales, don los relojes de su fachada y los muñecos que
se articulan con ellos a algunas horas en punto.
Es una pena no poder contemplar los edificios de la plaza en todo su esplendor y, aún así, podemos hacernos buena idea de su belleza.
Marktplatz (Plaza del Mercado) en Rothenburg ob der Tauber |
Con las últimas luces del día, seguimos recorriendo las calles, disfrutando del ambiente medieval que se respira, mientras buscamos un lugar para cenar. Casualmente, damos con el restaurante Michelangelo, en Rödergasse 36, muy cerca de nuestro hotel.
A pesar de estar en septiembre, hace una noche totalmente veraniega. Las mesitas del restaurante, en la calle, están situadas junto a una pequeña fuente rodeada de plantas. El sitio es de lo más agradable y, la cena, aún mejor. Cenamos estupendamente y después, para bajar la cena, damos un paseo por las antiguas callejuelas, bañadas ahora de un halo mágico.
Rothenburg ob der Tauber, Alemania |
Nos acercamos hasta el escaparate de la tienda de adornos navideños de Kate Wöhlfahrt, una preciosidad. Ahora ya se ha convertido en una cadena y veremos otras tiendas en otros puntos de Alemania.
Escaparate de la tienda de Kate Wöhlfahrt, Rothenburg ob der Tauber |
Cuesta dar el paseo por terminado pero también estamos cansados y hay que cargar las pilas para el día siguiente.
Por la mañana los más madrugadores hacemos una visita rápida antes de desayunar. Hoy también tenemos un día soleado, que nos permite disfrutar al máximo esta belleza. La ciudad aún está despertando y las calles desiertas invitan al paseo.
Despertar en Rothenburg ob der Tauber |
Nos acercamos primero hasta la Iglesia de St Jacob (Santiago). En su interior, en el Altar de la Santa Sangre se guardan unas gotas de la sangre de Cristo, reliquia que ya era objeto de peregrinación desde la Edad Media. No podemos entrar porque no abren hasta las 9:00. Otra vez será.
Horario de la Iglesia:
- Lunes a sábados: de 9:00 a 17:30 (la puerta cierra a las 17:15)
- Domingos y festivos: de 10:45 a 17:30 (la puerta cierra a las 17:15)
Precio de la entrada (destinado a financiar la restauración de la iglesia):
- Por persona: 2,00 €
- Grupos (a partir de 10 personas): 1,50 €
- Estudiantes: 0,50 €
Desde la Marktplatz, desierta también a estas horas, sale la calle Herrngasse (Calle de los Señores), hacia el Castillo. Es la calle más importante de la ciudad, donde vivían las familias más poderosas. Muchas de las casas lucen escudos en sus fachadas.
El frescor de la mañana y el silencio de las calles son un lujo para los paseantes madrugadores.
Pronto llegamos a la Burgtor (Puerta del Castillo), una de las principales entradas de la muralla medieval que, en realidad, no es una sola puerta sino una serie de varias consecutivas fuertemente protegidas por la torre más alta y antigua.
Burgtor (Puerta del Castillo), en Rothenburg ob der Tauber (Alemania) |
En el centro, por la boca de la máscara podía lanzarse brea contra el enemigo.
Detrás de todas las puertas nos espera el Burggarten, los Jardines del Castillo, aunque éste hace tiempo que desapareció, en concreto en el siglo XIV y debido a un terremoto.
Los jardines están bien cuidados y muy floridos y coloridos en esta época.
Desde aquí tenemos bonitas vistas de la ciudad. Mirando hacia la torre, encontramos una estampa singular, otro de los puntos más fotografiados de Rothenburg.
Burgtor (Puerta del Castillo), en Rothenburg ob der Tauber (Alemania) |
También desde aquí tenemos una bonita vista del valle del Tauber. En la lejanía divisamos sobre el río el Puente Doble del siglo XIV, en el que haremos una pequeña parada antes de dejar Rothenburg para dirigirnos hacia nuestos próximo destino.
Rápidamente regresamos al hotel donde nuestros compañeros de viaje han preferido quedarse durmiendo.
Desayunamos, recogemos nuestras cosas y nos ponemos en marcha con dirección a Nuremberg, pasando un momento por el Puente Doble (Coordenadas GPS 49,37268, 10,17632) que hemos visto desde los Jardines del Castillo.
Puente Doble sobre el río Tauber, Rothenburg ob der Tauber |
Desde el puente, tenemos una buena panorámica de la ciudad. La silueta de sus torres y tejados se recorta sobre un cielo azul intenso que pronostica otro día de tiempo perfecto.
Y ahora ya sí, son alrededor de las 9:15 de la mañana cuando ponemos rumbo hacia nuestro próximo destino, Nuremberg, a 112 kms.
** Siguiente destino: Nuremberg **
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