Burj Khalifa


Rascando el cielo


Ha llegado la hora de subir a la cima del mundo, a un coloso de 828 metros. Es la estructura más alta levantada por el hombre. Mientras esperamos a poder entrar, observamos una maqueta del edificio junto al que se relacionan algunos datos curiosos del mismo. También hay algunas palabras de los jeques que lo han hecho posible, como las del adorado Mohammed bin Rashid al Maktoum: “La palabra imposible no está en el diccionario de los líderes”.


Maqueta de Burj Khalifa, Dubai

La base del edificio reproduce los seis pétalos de la Hymenocallis, una flor cultivada en la región. Otros aspectos de la estructura están también inspirados en la naturaleza.
Un rapidísimo ascensor nos lleva en pocos segundos hasta el mirador “At the Top” que, a pesar de su nombre, no está en lo alto de la construcción, sino en el piso 124. Aún nos quedarán 41 pisos por encima.

Emirates Towers desde el mirador de Burj Khalifa

El mirador da una vuelta completa, lo que permite una perspectiva de 360º alrededor. Vemos a nuestros pies, lejano, el inmenso Dubai Mall desde el que hemos accedido hasta aquí. Sobre él, se extiende la sombra, ya alargada, del Khalifa.

Panorámica desde Burj Khalifa

Precisamente he elegido esta hora para poder tener la perspectiva de día y, también, contemplar el atardecer desde aquí. Anochece sobre las 17:45, de forma que bajaremos prácticamente a la hora de inicio del primer espectáculo en la también enorme Fuente de Dubai.
Desde el mirador vemos también la Fuente y el mecanismo que luego lanzará los chorros de agua.

Fuente de Dubai apagada


Observamos la ancha y siempre transitada Sheikh Zayed Road con sus altos rascacielos de cristal y acero a ambos lados, que se alzan exagerados contrastando con los edificios mucho más bajos que tienen tras ellos.

Panorámica desde Burj Khalifa

Frente a nosotros, en el mar, divisamos una isla artificial que, por su forma, con toda seguridad es artificial. Y, aguzando la vista, a lo lejos, logramos situar el lujosísimo Burj al Arab. Es sólo una silueta difusa que la densa bruma prácticamente nos oculta, reservando la sorpresa para dentro de unos días, cuando lo tendremos mucho más cerca.
En varios puntos del mirador hay unas pantallas que, dirigidas en distintas direcciones, nos ofrecen la vista actual, así como la vista nocturna y la vista ideal en un día despejado.
Hacia el interior, una gran extensión de arena, por si en algún momento habíamos olvidado que esta impresionante ciudad está construida sobre el desierto.
Sobre nuestras cabezas, el coloso continúa hacia el cielo.

Burj Khalifa desde el mirador "At the top", Dubai

Abajo, reconozco una de las futuristas estaciones de metro de la Sheikh Zayed Road, con la pasarela peatonal que cruza la autopista. Se trata de un metro modernísimo inaugurado apenas hace un año, el 9 del 9 de 2009 a las 9 de la noche. También tenemos pensado hacer un trayecto en él.


Parada de Metro, Dubai

Los rayos de sol que llegan a las Emirates Towers comienzan a adquirir un color más rojizo. Como por arte de magia, el cambio de tonalidad descubre en la lejanía, tras la isla artificial cercana a la costa, la presencia del fantástico archipiélago, también artificial, de “The World” (El Mundo), formado por cientos de islas dispuestas formando países y continentes, reproduciendo el Mapamundi. Absolutamente increíble. Lástima que la bruma y la distancia no permitan observarlo con nitidez.

"The World" (al fondo entre la bruma), Dubai
 Contemplamos la alucinante panorámica que poco a poco se va diluyendo a medida que avanza la oscuridad. El sol nos hipnotiza como un péndulo. Es nuestro primer atardecer en Emiratos, pero aún nos esperan otros tan bellos, ó más, que éste.

Atardecer en Dubai
 Cuando el astro al fin desaparece iniciamos el descenso hasta el punto de partida en el primer sótano del Dubai Mall. Nos apresuramos para llegar a la fuente a tiempo para el espectáculo de luz y sonido.

Burj Khalifa iluminado
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