El Bulli

La carretera desde Rosas a Cala Montjoi, a 13 kms, es estrecha y serpenteante, con una bonita y vertiginosa vista sobre el Mediterráneo, ahora entre dos luces. Vamos despacito y con cuidado y llegamos sin problemas y puntuales al restaurante.
La cala ya está desierta. En el interior del edificio de ventanas iluminadas, todo está preparado para recibir a los comensales.
A la entrada uno de los camareros de sala nos da la bienvenida y nos pregunta si queremos ver la cocina. Tras nuestra afirmación nos acompaña al lugar donde son muchos los cocineros que trabajan con prisa y manos sabias bajo la dirección del famoso Maestro, Ferrán Adriá, que también nos saluda y posa con nosotros para una foto para el recuerdo.
El camarero de sala nos acompaña hasta uno de los comedores, donde nos acomodamos a la mesa que nos han asignado. La espera es muy corta, enseguida llega la bebida que pedimos y, a continuación, empieza el goteo rítmico de las pequeñas obras de arte gastronómicas.



El menú

Fresa
Flauta de mojito y manzana
Almendra-fizz con amarena LYO y Empanadilla de nori
Globo de gorgonzola y Cereza Umeboshi
Cornete de aperitivo, Macaron de parmesano, Cacahuetes miméticos
Tortillita de camarones (I)
Tortillita de camarones (II)
Caviar de aceite bebido con sopa de aceituna
Canapé de jamón y jengibre
Royal de tuétano y ostras
Crema de caviar con caviar de avellana
Langostino hervido
Gambas dos cocciones
Codornices con escabeche de zanahoria
Helado de parmesano con módena, albahaca y fresa LYO
Tartar de tomate y cristal helado
Tortillita japonesa
Tiramisú japonés
Láctica aumorette con botarga y aguamenta
Anémona fría con percebe
Ceviche de almeja y cactus kalanchoe
Cóctel de ceviche y almejas
Taco de Oaxaca
Gazpacho y ajo blanco
Lorito al natural con sus huevas
Abalone con panceta
Nem Thai de pollo
Macaron de liebre y fresas calientes con consomé de liebre
Coca de Ceps
Lulo a la parrilla
Estanque
Terrón de azúcar al té y lima
Sopa de coco
Caja de chocolates



Al terminar, han pasado horas, alrededor de tres. Al salir todavía hay gran actividad en la cocina.
Me voy decepcionada. Muchos de los platos apenas si los he probado. Ha sido un espectáculo, una demostración de creatividad, de buen servicio, de hacer con la comida lo que no ha hecho y tal vez nunca más hará nadie. Eso lo sé y lo valoro creo que en su justa medida.
Pero no llegué a encajar con los sabores. Es como si el experimento, la obra de arte, la innovación, primara sobre el hecho de ofrecer algo delicioso que disfrutar en la boca.
Sé que el artista es un gran artista, como lo es Dalí. Se nota en la magnificencia de sus obras, en su genialidad, pero no salgo satisfecha. No me apetecía comer muchas de ellas como tampoco pondría algunos cuadros del pintor de Figueras en mi casa.
Creo que hace bien en cerrar después de la próxima temporada, en dejar atrás este concepto de cocina. Me habría gustado venir hace dos o tres temporadas. No sé por qué pero tengo la sensación de que la experiencia habría sido muy diferente.



No hay comentarios: