Portlligat

El refugio del artista

Rumbo a Cadaqués, a 38 kms de Figueras, pasamos de largo frente a Rosas, donde tenemos el hotel para pasar la noche y donde volveremos esta tarde para arreglarnos antes de ir a El Bulli a cenar.
Pasado Rosas, iniciamos el ascenso a la montaña. En lo alto, encontramos un mirador donde detenernos un par de minutos a contemplar el bonito paisaje.
También pasamos de largo frente a Cadaqués. No podemos detenernos ahora, pero vendremos más tarde, tras la visita a la Casa Museo de Dalí en Portlligat. Llegamos a recoger las entradas puntuales a las 13:00. En media hora tenemos la visita, en un pequeño grupo de 8, y matamos la espera dando un paseo por las inmediaciones.
Dalí y Gala fueron comprando pequeñas casas de pescadores en la cala, uniéndolas y reformándolas hasta conseguir el hogar que visitamos hoy. El lugar es bonito pero no es bueno para el baño, la orilla es pedregosa. No creo que se bañaran aquí, pero lo que sí hacían era dar largos paseos en barca. Todavía funciona la barca original y es posible contratar uno de esos paseos.



Puntuales, a las 13:30 comenzamos la visita. El pequeño grupo vamos pasando de un área al siguiente. En cada grupito de habitaciones un guía nos da una pequeña explicación y luego tenemos unos breves minutos para observarlas con más detenimiento.
Empezamos por la entrada, donde nos recibe un oso disecado que un amigo escritor inglés regaló a Dalí. El animal está tal como el artista lo decoró. Seguimos por la biblioteca, donde el hueco que han dejado los numerosos libros originales ha sido llenado por libros de pega. Los originales se trasladaron para protegerlos del polvo y de la humedad.
Algunos muebles están adornados con flores amarillas, son siemprevivas, la flor preferida de Gala. También cuelgan algunos ramos del techo. Dejamos atrás la cocina y un pequeño comedor y pasamos al estudio donde Dalí podía pintar sentado gracias a un práctico mecanismo que permitía desplazar los cuadros lateral y verticalmente además de contar con una ranura en el suelo para meter y sacar de la casa los grandes cuadros al comunicar directamente con el sótano/garaje.
Los dos cuadros a medio pintar en los caballetes son cuadros originales, que quedaron inacabados cuando el pintor, roto de dolor, abandonó la casa tras la muerte de Gala, su musa y esposa.
En la chimenea, un protector de poliespán de una vieja radio, aparentemente sin interés, se convirtió en inspiración para el diseño de la piscina.
Desde el estudio llegamos al cuarto de los modelos y, a continuación, al amplio dormitorio de la pareja y único en toda la casa. Tiene 3 niveles. De abajo hacia arriba, en el primero encontramos un pequeño salón de sofás amarillos con amplios ventanales hacia el mar. En la pared, un espejo formando un extraño ángulo, está en una posición estratégica para, con su reflejo, permitir al artista ver el amanecer desde la cama.
En el segundo nivel, una chimenea, un mueble de obra con libros, una jaula de pajaros y varios objetos más. Por último, en el tercero y más alto de los tres, las dos camas unidas por un gran telón a modo de cabecero. Desde esta parte de la habitación, una pequeña puerta disimulada en la pared da acceso directo a la piscina.
Dos cuartos de baño, uno en blanco y otro en azul y, junto a uno de ellos, el vestidor de puertas blancas que la misma Gala decoró con recortes de periódico y fotografías. Terminamos la visita de esta parte de la casa con la habitación de descanso de Gala, de planta redonda y techo semiesférico.
En el exterior, visitamos un pequeño comedor de verano, el palomar, desde el que tenemos bonitas vistas de las barquitas que se mecen en el agua. Y subimos hasta lo alto de la colina coronando el mirador junto al que lo que en un principio parece basura desparramada, de pronto cobra forma, la silueta se define y, como una aparición, surge de la nada el Cristo de los Desperdicios.
Terminamos esta interesante visita en la piscina, tan excéntrica y surrealista como todo lo demás.



Pensábamos ir a Cadaqués para comer, pero el chiringuito de Can Juli, junto al aparcamiento, ofrece pescados frescos con muy buena pinta, así que ¿para qué buscar más?



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