Cena en El Pireo

El trayecto desde nuestro hotel en Glyfada hasta El Pireo, a 15 kms, se nos hace eterno por la impaciencia de llegar a nuestro destino y también por el tráfico, más intenso todavía que desde el aeropuerto hasta el hotel. El Pireo no es sólo el puerto de Atenas, sino también un municipio independiente de unos 200.000 habitantes. El puerto está formado por 3 bahías naturales. La mayor es Kantharos, donde llegan y de donde parten los grandes barcos tanto turísticos como de mercancías. La mediana es Zea, el puerto deportivo, donde atracan los yates más lujosos. 

Yates en Zea, El Pireo 

La más pequeña y turística es Mikrolimanos, el puerto pesquero, lleno de barquitas y restaurantes de pescado y marisco. Vamos directos a un punto que había elegido sobre el mapa (coordenadas GPS 37,94108, 23,64582), más o menos equidistante entre Kantharos y Zea para acercarnos a las dos bahías en un paseo pero aparcar parece misión imposible. Después de dar mil vueltas y desesperarnos, cuando ya estamos dispuestos a marcharnos a Mikrolimano, donde tenemos pensado cenar, encontramos un hueco en Zea que nos permite dejar el coche y hacer andando el recorrido que queríamos. En invierno, en día laborable y de noche, ambos puertos están bastante muertos, aunque no es difícil imaginar el trajín diario en Kantharos y la animación en las terrazas del paseo marítimo de Zea con buen tiempo. Después de dar una vuelta por las dos zonas, cogemos el coche de nuevo para ir hasta Mikrolimano. Aunque aparentemente hay poca gente, tampoco es fácil aparcar aquí y en cuanto vemos un aparcamiento público, aprovechamos. El puerto es pequeñito y con mucho encanto. Junto al agua, entre éste y la carretera que rodea a la bahía, una fila de restaurantes componen un mirador continuado que ofrece una maravillosa vista y una cena especial junto a las barcas atracadas. 

Restaurante junto al mar en Mikrolimano, El Pireo

 Damos una vuelta para ver los diferentes restaurantes antes de decidirnos por uno para disfrutar nuestra primera cena en Grecia. En general, son bastante nuevos, decorados con gusto y acogedores. Hay algún italiano, algún oriental y la mayoría son de cocina griega, que es lo que más nos apetece. Están bastante vacíos pero casi todos abiertos, esperando clientes. Nos decidimos por un típico Zorbas en el que cenamos estupendamente a base de pescado fresco bien preparado, pero excesivamente caro (unos 60 € por persona). 


Plato de pescado en Mikrolimano, El Pireo

Estamos pagando el género, el sitio y la turistada. El regreso al hotel es más tranquilo y rápido que la venida. Los trabajadores han ido volviendo a sus hogares y el tráfico es mucho más fluido.

Mañana iniciaremos nuestro recorrido fuera de Atenas, hacia Grecia Central.


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