Palacio Amaliensborg


Frente a la Iglesia de Mármol vemos el Palacio Amaliensborg, residencia oficial de la reina Margarita II. En realidad no es un único edificio, sino cuatro pabellones casi idénticos que miran hacia una plaza ocupada en el centro por la estatua de Frederick V, en la que un escultor francés trabajó durante aproximadamente 30 años. Estos edificios fueron construidos en su origen para cuatro poderosas familias pero tras el incendio del palacio de Christiansborg en 1794, la familia real se trasladó aquí.

Palacio Amaliensborg, Copenhague

Algunos de estos edificios son custodiados por la guardia real. Llevan uniformes tradicionales y altos gorros negros de piel de oso muy parecidos a los de la guardia real inglesa. El cambio de guardia más llamativo tiene lugar a mediodía.
Dejamos atrás el palacio y enseguida llegamos a Amaliehaven, un pequeño parque moderno donado a la ciudad por una compañía naviera. Enfrente, al otro lado del agua vemos el imponente edificio de la Ópera.
Sin alejarnos del agua, pronto vemos un extraño acorazado que parece de guerra y otros barcos antiguos amarrados. Frente a ellos, no pasa desapercibido el hotel Admiral, un antiguo almacén portuario del siglo XVIII. En el vestíbulo se mezcla con acierto el mobiliario moderno con la estructura de sólidas vigas de madera del viejo almacén.

Hotel Admiral, Copenhague

Seguimos por Sankt Anne Plads hasta regresar a la calle Bredgade, que terminará en Kongens Nytorv, la plaza a la que llegamos en metro desde el aeropuerto. Nos llama la atención que haya tan poca gente por la calle aunque tampoco es tan extraño al darnos cuenta de que todas las tiendas ya están cerradas.
Tampoco ahora nos detenemos en la plaza, pues queremos ver el Nyhavn (Puerto Nuevo) antes de que termine de oscurecer.

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